Un viaje sin precedentes para descubrir las historias de las 78 estatuas del Prato della Valle.

Hola, soy Alberto Azzo II d’Este. Nací casi al final del primer milenio, en el año 996. Se me considera el patriarca de la gran casa Estense, llamada así por el imponente castillo construido en la ciudad de Este, en la comarca de Bassa Padovana. Me casé en primeras nupcias con Cunegonda de Altfort, señora de Ravensburg en Carintia, que me dio un hijo, Güelfo. Nombrado duque de Baviera tras suceder a su tío Güelfo III, fue el patriarca del linaje de Brunswick, de los duques de Sajonia y, finalmente, también del gran elector de Hannover, casa ducal que en 1714, con el nombre de Casa de Hannover, ascendió al trono real de Inglaterra con Jorge I. Mi señoría se extendía por un vasto territorio que abarcaba también las provincias actuales de Padua, Rovigo y Ferrara. Mis restos mortales, junto a los de mi primera esposa, Cunegonda, reposan en un sepulcro en la abadía de Vangadizza, en la ciudad de Badia Polesine, en la provincia de Rovigo. 

Hola, soy Antonio Savonarola, nací en los primeros años del siglo XIV. Me instruyeron en el arte de la guerra desde mi juventud y me convertí en comandante de las milicias paduanas que se enfrentaron al tirano Ezzelino III da Romano, a quien vencí en la fortaleza de Arlesega, localidad situada entre Padua y Vicenza, lo que permitió la expulsión del tirano de la ciudad. En recuerdo de aquel suceso y como reconocimiento, se me dio el nombre, en la vía que conduce a Vicenza, de la puerta de la ciudad que en 1530 fue reconstruida, dotándola del aspecto actual, por el arquitecto Giovanni Falconetto.