La Basílica de Santa María del Carmen (“Basilica di Santa Maria del Carmine”) se conoce popularmente como “i Carmini”, por la orden monástica de los carmelitas, que se asentó en Padua hacia finales del siglo XIII.
La primera iglesia se edificó en 1212, junto con un convento de monjas reconstruido posteriormente por los frailes carmelitas. La consagración de la nueva iglesia dedicada a la Virgen del Carmen (o Santa María del Monte Carmelo) tiene lugar en 1446.
En 1491 un terremoto derribó la cubierta de madera y enseguida comenzó la reconstrucción sobre la estructura preexistente, reconocible por la sucesión de pilares y capillas. En 1696 un nuevo terremoto destruyó la bóveda de la nave y en 1800 un incendio afectó a la cúpula.
El edificio no se terminó hasta el siglo XVIII. De esta época es la fachada, diseñada por Giovanni Gloria, en la que se abre un portal decorado con un tímpano y tres estatuas de Giovanni Bonazza. Las hojas de la puerta mayor de madera, la más antigua de Padua (1412), están decoradas con paneles cuadrados que contienen una hoja de acanto.
El majestuoso interior de nave única con una alta cúpula está jalonado en las paredes por las seis capillas de la iglesia. Sobre el altar mayor, flanqueada por dos ángeles del escultor paduano Rinaldo Rinaldi, se encuentra la imagen de la Virgen de los Cirios (“Madonna dei Lumini”), pintada al fresco por Stefano dall’Arzere. Fue trasladada aquí como voto de los paduanos para implorar el fin de la peste: la fiesta de la Madonna dei Lumini sigue siendo muy apreciada hoy en día en la devoción popular. En el interior de la iglesia se conserva una valiosa obra de Alessandro Varotari, el Padovanino: el retablo con Cristo y la Madre de los Zebedeos.