El barrio judío comprende el área delimitada al norte por Piazza delle Erbe y Via Manin, al oeste por Piazza del Duomo y Via San Gregorio Barbarigo, al sur por Via Marsala y al este por Via Roma.
Comenzamos nuestro recorrido en la esquina de Via Roma con Via San Martino e Solferino; aquí se alzaba la puerta de Santa Giuliana (1603), una de las cuatro puertas que delimitaban el barrio judío (el “Ghetto”). Junto a ella, dos placas, en latín y hebreo, recordaban a los judíos que debían volver a su barrio al atardecer.

Continuando por Via San Martino e Solferino, en el número 13 se encuentra la única sinagoga (1548) aún en funcionamiento, que sigue el rito italiano. En la fachada, una placa recuerda a los seis millones de judíos en Europa, 8.000 en Italia y 46 en Padua que murieron en los campos de concentración.
Girando por Via delle Piazze encontramos la sinagoga de rito alemán. El edificio, inaugurado como lugar de culto al parecer en 1525, se reformó y reconstruyó en varias ocasiones y se amplió a principios del siglo XIX. La fachada actual, restaurada en 1998, rememora la estructura original. En la esquina con Via San Martino e Solferino pueden verse todavía las columnas de las dos ventanas en bífora de la sinagoga de rito español, en funcionamiento de 1617 a 1892.
Continuando el paseo, en el número 20 se entra a Corte Lenguazza, que encerraba una placita en la que se encontraban los servicios de la comunidad, como un horno, un baño ritual y una carnicería. En el lado meridional puede verse una estrecha construcción de varias plantas: la característica casa con torre, presente también en otras calles de la judería. Aquí podemos contemplar asimismo la fachada de la sinagoga de rito alemán restaurada.
Tomamos Via dell’Arco, una de las calles más pintorescas. En 1603 esta zona se cerró y tuvo que hospedar a más familias.
Regresamos a Via San Martino e Solferino. El edificio con los pórticos altos y espaciosos es el Palazzo Palla Strozzi, el exiliado florentino con el que llegaron a Padua grandes artistas toscanos como Filippo Lippi, Niccolò Baroncelli, Donatello y Paolo Uccello.
Recordamos algunos establecimientos míticos, hoy en día desaparecidos. En el número 6 de Via Squarcione había una tienda de cuerdas muy bien surtida. En Via Soncin, cuadras de caballos para quienes llegaban a la ciudad por negocios, y “strazzerie” (tiendas de bienes usados) donde sobre todo estudiantes y profesores compraban y alquilaban ropa de segunda mano, muebles y utensilios. En Via dei Fabbri había hasta finales de los años sesenta una carnicería que vendía carne kosher de animales sacrificados conforme a la tradición judía.
Visita la sinagoga y el Museo de la Padua Judía (“Museo della Padova Ebraica”): más información en el sitio web.